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viernes, 26 de mayo de 2017

Las temidas vacunas

Estoy muy consciente de lo difícil que es ver a nuestros hijos llorar, más cuando es porque se sienten mal; por ese motivo es que cuando me tocó llevar a mi hijo a su primer vacuna estaba super nerviosa y con mucho miedo, en especial por todo lo que se escucha al respecto.

Recuerdo que le pedí a mi tía me acompañara al centro de salud para aplicarsela, a la revisión general si tuve el valor de pasar con el, pero al lugar donde le ponen la vacuna, no. Quien pasó con el fue mi tía y yo recuerdo haber estado pegada a la puerta esperando el momento en el que lo escuchaba llorar y lloré con él.

Gracias a Dios no me le dió ninguna reacción, considero que fue porque en primer lugar estaba rezando a Dios porque me le fuese bien y en segundo lugar porque siempre e seguido las indicaciones que su pediatra me da. Media hora antes la acetaminofen y después continuar dándosele cada cierto tiempo por 2 días.

Gracias a Dios ya tiene 17 meses y hasta el momento puedo decirles que nunca me le a dado nada. Solamente que tengo mucho cuidado con sus puernitas o el lugar donde me le hayan aplicado la vacuna y consentirlo ya que pasa más mamita que lo acostumbrado.

Veremos que tal me le va en su vacuna de 18 meses.

Lo que les puedo recomendar es que aunque sus bebés estén chiquitos hablen con ellos, díganle que van a cita que los van a vacunar, que es por su bien y que los examinará un doctor, es increíble como ellos entienden; que le de  acetaminofen y que estén pendientes de la temperatura, que le apliquen una crema antiflamatoria en el área donde le pusieron la vacuna y que confiemos en Dios

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